sábado, 2 de noviembre de 2013

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de cuello de útero

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de cuello de útero

El diagnóstico de este cáncer se hace mediante la obtención de células del cérvix y su posterior observación en el microscopio.

El test de Papanicolau

El test de Papanicolau (frotis o citología cervicovaginal) es la prueba más utilizada y la más apropiada para el cribado de las lesiones precursoras del cáncer de cérvix.
El objetivo de esta prueba es la detección de esas lesiones, de forma que se logre una reducción en la incidencia de lesiones invasivas. Está considerado como el mejor método de detección precoz en pacientes con lesiones iniciales sin síntomas.
Consiste en la toma de muestras de las células de la unión de los epitelios escamoso y cilíndrico del cuello, de fondo de saco vaginal o ángulo que forma el ectocérvix con la vagina (epitelio ectocervical) y del canal endocervical, según el llamado protocolo de triple toma.
  • Protocolo de la triple toma. La toma de la muestra se hace antes del tacto vaginal, en ausencia de menstruación o de sangrado y sin utilizar lubricantes. Se recomienda a la mujer que no realice tratamientos intravaginales desde una semana antes, que evite lavados o duchas vaginales y el coito las 24 horas anteriores.
  • La obtención de las muestras se debe hacer una vez introducido el espéculo vaginal (instrumento destinado a ensanchar el canal vaginal) y con el control visual del cérvix.
  • Las muestras se extienden sobre una lámina de cristal, separadas y señalizadas.
  • Posteriormente se observan al microscopio y se evalúan los cambios para ver si están dentro de la normalidad o hay que realizar más pruebas.

ETAPAS Y SINTOMAS DEL CANCER DE CUELLO UTERINO



Etapas y síntomas del cáncer de cuello de útero


A menudo el cáncer de cuello uterino 
está desprovisto de síntomas. Ante la ausencia de signos de alerta, se lo descubre por medio de diferentes métodos. Sin embargo, algunas veces se presentan signos clínicos relativamente discretos que deben conducir rápidamente a una consulta.
  • El cérvix está recubierto por un epitelio (tejido que recubre las superficies interna y externa de los órganos) que tiene características diferentes según si recubre la pared externa del cérvix (o ectocérvix) o la interna (la del canal endocervical). Así, el ectocérvix, en la parte que contacta con la cavidad vaginal, está tapizado por un epitelio idéntico al que recubre la vagina, llamado epitelio plano estratificado (o epitelio escamoso), ya que sus células son planas y se van amontonando en capas o estratos. Sin embargo, en la parte interna (en el canal endocervical), la capa que la tapiza es un epitelio cilíndrico simple, pues las células ya no son planas sino cilíndricas, no se amontonan y entre ellas hay abundantes y pequeñas glándulas que segregan moco.
  • Justo en la zona de entrada al canal endocervical se produce la transición entre el epitelio escamoso del ectocérvix y el epitelio cilíndrico del canal endocervical.
  • En esta franja hay una gran actividad celular de transformación de un epitelio en el otro, de manera que las células de esta localización son más inestables (células metaplásticas). Diversos agentes físicos, químicos y biológicos actuando sobre esta zona más débil pueden producir cambios en la forma y en la estructura de las células, lo que acaba por alterar la arquitectura normal del epitelio, el cual adquiere un comportamiento tumoral (neoplásico) y da lugar a la neoplasia cervical intraepitelial.


ETAPAS

SÍNTOMAS DEL CANCER UTERINO

La importancia de las pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino

El objetivo de las pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino consiste en encontrar los cambios de las células del cuello y los cánceres cervicales temprano, antes de que empiecen a causar síntomas. Las pruebas de detección tienen el propósito de encontrar una enfermedad, como el cáncer, en las personas que no tienen ningún síntoma. La detección temprana significa la aplicación de una estrategia que resulte en un diagnóstico más temprano de cáncer de cuello uterino. Las pruebas de detección ofrecen la mejor oportunidad para detectar el cáncer de cuello uterino en una etapa temprana cuando es probable que el tratamiento sea eficaz. Además, las pruebas de detección pueden en realidad prevenir la mayoría de los cánceres cervicales mediante la detección de los cambios anormales de las células del cuello uterino (precánceres) para que puedan ser tratados antes de que éstos tengan la oportunidad de convertirse en un cáncer cervical.
El cáncer de cuello uterino podría ser prevenido o detectado temprano al hacer regularmente las pruebas de Papanicolaou (algunas veces combinadas con una prueba del virus de papiloma humano). Si se detecta temprano, el cáncer de cuello uterino es uno de los cánceres que se puede tratar con más éxito. En los Estados Unidos, la tasa de mortalidad del cáncer de cuello uterino declinó casi un 70% entre 1955 y 1992, debido en gran parte a la eficacia de la prueba de Papanicolaou. En años recientes, las tasas de mortalidad del cáncer de cuello uterino han estado estables.

A pesar de los beneficios reconocidos de las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino, no todas las mujeres que viven en los Estados Unidos las aprovechan. Aproximadamente la mitad de los cánceres de cuello uterino diagnosticados en los Estados Unidos se encuentran en mujeres que nunca se habían hecho pruebas para detectar esta enfermedad. Otro 10% de los cánceres se encuentran en mujeres que no se han hecho las pruebas en los últimos 5 años. En particular, las mujeres de edad avanzada, aquellas sin seguro médico y las mujeres que inmigraron recientemente a este país tienen menos probabilidad de hacerse regularmente las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino.

Las muertes causadas por el cáncer de cuello uterino son mayores en las poblaciones de los países donde las mujeres no se hacen rutinariamente las pruebas de detección de este cáncer. De hecho, el cáncer de cuello uterino es la causa principal de muerte por cáncer en las mujeres de muchos países en vías de desarrollo. Estas mujeres por lo general son diagnosticadas con cánceres en etapas tardías, en vez de precánceres o cánceres en etapas tempranas.

¿Qué es cáncer de cuello uterino?

El cáncer cervical se origina en el cuello uterino. El cuello del útero es la parte inferior del útero (la matriz). Algunas veces se le llama cérvix uterino. El cuerpo del útero (parte superior) es el lugar donde se desarrolla un el feto. El cuello uterino conecta el cuerpo del útero con la vagina (el canal por donde nace el bebé). La parte del cuello uterino más cercana al cuerpo del útero se llama endocérvix. La parte próxima a la vagina, es el exocérvix (o ectocérvix). Los dos tipos principales de células que cubren el cuello del útero son las células escamosas (en el exocérvix) y lascélulas glandulares (en el endocérvix). El punto en el que estos dos tipos de células se encuentran se llama zona de transformación. La mayoría de los cánceres de cuello uterino se originan en la zona de transformación.
La mayoría de los cánceres de cuello uterino se originan en el revestimiento de las células del cuello uterino. Estas células no se tornan en cáncer de repente, sino que las células normales del cuello uterino se transforman gradualmente en cambios precancerosos, los cuales se convierten en cáncer. Los doctores usan varios términos para describir estos cambios precancerosos, incluyendo neoplasia intraepitelial cervical (CIN, por sus siglas en inglés),lesión intraepitelial escamosa (SIL) y displasia. Estos cambios se pueden detectar mediante la prueba de Papanicolaou y se pueden tratar para prevenir el desarrollo de cáncer.
Los cánceres de cuello uterino y los precánceres se clasifican de acuerdo con el aspecto que presentan bajo el microscopio. Existen dos tipos principales de cáncer de cuello uterino: el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma. Aproximadamente un 80% a 90% de los cánceres de cuello uterino son carcinomas de células escamosas. Estos cánceres se originan en las células escamosas que cubren la superficie del exocérvix. Cuando se examina con un microscopio, este tipo de cáncer está compuesto por células parecidas a las células escamosas.
La mayoría de los tipos de cáncer de cuello uterino (cervicales) restantes son adenocarcinomas. Los adenocarcinomas cervicales parecen haberse vuelto más comunes en los últimos 20 a 30 años. El adenocarcinoma cervical se origina en las células de las glándulas productoras de mucosidad del endocérvix. Con menor frecuencia, el cáncer de cuello uterino tiene características tanto de los carcinomas de células escamosas como de los adenocarcinomas. Estos tumores se llaman carcinomas adenoescamosos o carcinomas mixtos.
Aunque los cánceres de cuello uterino se originan de células con cambios precancerosos (precánceres), sólo algunas de las mujeres con precánceres de cuello uterino padecerán cáncer. El cambio de pre-cáncer a cáncer usualmente toma varios años, aunque puede ocurrir en menos de un año. En algunas mujeres, las células precancerosas pueden permanecer sin ningún cambio o incluso desaparecer sin tratamiento alguno. Aun así, en algunas mujeres los precánceres se convierten en cánceres verdaderos (invasivos). 
EL CANCER DE CUELLO UTERINO
El cérvix o cuello uterino es la parte más baja del útero, el lugar en el que crece el bebé durante el embarazo. El cáncer de cuello uterino es causado un virus llamado virus del papiloma humano (VPH). El virus se contagia por contacto sexual. El cuerpo de la mayoría de las mujeres es capaz de combatir la infección de VPH. Pero algunas veces, el virus conduce a un cáncer. Las mujeres que tienen mayor riesgo son las que fuman, las que han tenido muchos hijos, las que han utilizado pastillas anticonceptivas por mucho tiempo o las que tienen una infección por VIH.
Es posible que en un principio, el cáncer de cuello uterino no cause síntomas, pero más adelante puede haber dolor en la pelvis o sangrado vaginal. Suele tomar varios años para que las células normales del cuello uterino se conviertan en células cancerosas. El médico puede encontrar las células anormales con una citología vaginal o Papanicolau (Pap), que es un examen de las células del cuello uterino bajo un microscopio. Si se encuentran algunas células anormales, va a necesitar una biopsia. Hacerse exámenes Pap periódicamente permite detectar y tratar cualquier problema antes de que se convierta en un cáncer.
El tratamiento puede incluir cirugía, terapia de radiación, quimioterapia o una combinación de estos. El tratamiento dependerá del tamaño del tumor, si el cáncer se ha propagado o si usted quisiera quedar embarazada más adelante.
Las vacunas pueden proteger contra varios tipos de VPH, incluyendo algunos que causan cáncer.